Powered By Blogger

Vistas de página en total

viernes, 18 de septiembre de 2009

la primera en treinta años.

Querida Elisa:

Mi gato esta enfermo, muy enfermo.

Hace ya tiempo que ninguno sabe a bien del otro, es preciso que sepas que no ha sido por falta de ganas, tiene que ver directamente con una promesa de respeto que te hice en silencio.
Muchos años te espié detrás de los árboles de la plaza, de lejos, desde los ventanales de los cafés a los que solías asistir, y cuando por fin te graduaste, obligaba a los taxis a pasar por fuera de tu trabajo aun cuando el hacerlo representara ir en dirección contraria.
Deje de hacerlo el día que advertí que estabas hinchada de vida.

Te he pensado, mucho, hoy, a mis casi ochenta puedo decir que te he pensado toda la vida, que has sido lo que más me ha gustado de estar vivo, aún cuando hayas estado lejos de mí, el sólo saber de tu existir a sido el oxigeno al que se a conectado mi vejez.
Los años de gloria han cesado, es probable que te extrañe saber de mí a estas alturas, mira que más de tres cuartos de siglo es como estar en la punta del risco.

Los ideales por los que abandone tu cintura resultaron ser un fraude, de haber sabido que todo volvería a ser como en un principio, que la libertad y le democracia son palabras que no caben en este país, jamás me habría desenredado de las sabanas de la posada a la que habituábamos.

El gato que me diste falleció en el trajín de los balazos y el frenesí de los que luchan, me lo lleve en promesa de que tenía que regresar con el sano y salvo. Murió justo cuando tu estabas a nada de dar a luz, de ahí que salí a buscar uno igual, y le llame de la misma forma.
De igual manera salí a buscarte a ti, de pronto te me aparecías por cachitos, hubo mujeres por las que perseguí enloquecidamente por que tenían algún ademan que me parecía familiar a ti. Ellas por supuesto creyeron que se trataba de un encanto propio. Conseguir al gato fue sencillo, pero a ti mi Elisa, mi trozo de carne, mi llanura de besos, mi promesa de vida, mi primer amor, el único real. Después de ti todo ha sido igual que la revolución, una gran farsa.


Mis dotes histriónicas me sirvieron para dormir con los pies calientes durante cuarenta años, y entre más gatitas buscaba, mas solo quedaba de ti.
En este cuarto en el que estoy ahora podría construir un pen house, sin embargo; no lo hare por respeto a los demás huéspedes.
Hay varios aquí que platican con los arboles, y que a mis recientes 12 horas de haber ingresado ya me han contado que tiene por lo menos tres años de no venir a verlos. Que en navidad les llegan unas muy bonitas postales, y los regalos mas grandes viene de los contados familiares que siguen frecuentando a sus bultos.
Aquí así se llaman entre ellos, es mas, hasta sonríen. Me conoces y sabes que yo no mostraría una gota de sonrisa ante ese tipo de bromas pesadas, pero es real, no me rio pero comparto lo que dicen. Nos han venido a botar como basura orgánica, solo están esperando que llegue la famosa y esperada con su carrosa, para poder hacer el reparto de los esfuerzos, por pocos que sean.

Uno aprende, de verdad que si, aquí hay una muchachota mas grande que yo, que toda su vida fue empresaria, y ahora le ha preparado la gran sorpresa a su familia. Ha vendido todas sus propiedades sin que nadie se entere, tenemos sala nueva gracias a ella. Ha donado parte de su fortuna a este lugar. Ahora espera a la muerte sonriente. Sola se ríe de imaginar las caras de sus sobrinos e hijos cuando se den por enterados que el estorbo ese de mujer, no les ha dejado mas que el funeral bien organizado.

Todo esto repara en una sola conclusión:

No pienso ir a buscar otro gato igualito si este se muere. Tampoco pienso ir a buscar una que se parezca a ti, enfrentare de la mejor manera su ausencia, y por lo que a ti te corresponde en mi sentir, estoy acostumbrado a soñarte, y me da la necesidad imperiosa de despertar, no de ti, contigo.

Es tarde, lo se.

Vuelvo a esperar.





Juan Jiménez.

martes, 8 de septiembre de 2009

De lo que pasa cuando lo paren a uno en plena ciudad y sin calendario.

Sin grandes ceremonias por favor!!!!

Se me han ido tantas tardes repasando la falla brutal que te llevó a sólo 400 km de distancia, que ahora que las carreteras se abren de nuevo me parece un sueño.

Hay mucho de cierto en aquello de que me morí varias veces para escapar de la catastrofe, paralelamente volví a nacer. Partiendo desde ese punto supongamos que te mire por primera vez ayer, que no se si se llamaba Sábado o Domingo, o San Lunes, si fue en este año en el que sigue.

O lo que es lo mismo:

Acabo de verte y ya sé que nací pa´casarme contigo Matilde.

lunes, 20 de abril de 2009

De las conteos certeros.


Sábado por la mañana y si el conteo no nos falla, dos horas de sueño guardadas en las bolsas de los parpados.
Salí en pijama a abrirle la puerta, extraño caso llegar a "casa" sin tener las llaves. Ahí estaba, quieto, con gafas oscuras quesque pa´que nadie le vea las ventanas del alma, con camisa blanca y pantalón gris rata, con cuarenta kilos menos y los ojos enormes como gato mojado.
Entró y reconoció las huellas de sus pies descalzos aún apesar de que ese piso tenía cuatro años de ser limpiado con regularidad, ahí estaban, hundidas como los antiguos templos gritando desde lo profundo del concreto.
Y yo, desde el sillón reconocí mis manos en su pecho, y aún con que había sido acariciado por otros dedos durante los mismos cuatro años, mis marcas eran claras y casi brillantes.
Hablamos de todo lo que construimos y también de aquella tirada del destino que terminó por ser la historia más triste que hasta ahora ambos llevamos colgada al cuello como "milagrito".
Algo en mi cabeza retumbo "lo que vivimos no fue amor sino Amores, fue mucho para ser un sólo Amor" dijo. Esa fue la combinanción de palabras clave para darle rienda suelta a los recuerdos de mi vida marital a su lado. Sorprendentemente no le besé, y sorpendentemente también para mis pupilas el tiempo no había pasado, la unión entre esa mañana de sábado y aquella otra en la que su espalda se desvaneció entre los callejones fue cosa de un segundo.
Una semana y luego dos y luego tres y cuatro meses y once más, y ahora ya un año y medio y ahora eso mismo pero el doble, así consecutivo hasta abrir el portón de mi "casa" que según el acuerdo primero: "la que sea mí casa será tuya también"
Y que ahora ya no era suya, sino sólo mía y él solo, con otra casa, de la cual yo tampoco tengo conciencia de llaves ni de cerrojos.
Y mi pijama rosa de cuello alto para el frío no hizo lo suyo, y mis ojos de luna llena apunto de dejarse llover, pero recordando que la cordura es el camino menos borrascoso.
Vino a pedirme paz.
Ahora resulta que mi nombre capicua se lo escupe la falta de mi querencia, según me contó, le sale de todos lados, se le revelan mensajes en extraños que le llaman como yo le llamé alguna vez para pedirle se acostara a comer.
Y yo, que atravesé los siete infiernos con su foto buscándolo, y que de día mientras estaba en "nuestra casa" del librero me caía su cansancio para extrangularme, que de las sábanas me brotaban nidos de vivoras, que del silencio que moro en la sala me nació la gana de no volver a mirar con el corazón ¿Que hay de eso? De haber sabido que pedir paz era la solución lo hubiera hecho.
Constato una sola cosa: Verle, tenerle tan cerca, tan real, tan de carne y hueso, lo único que me deja claro son todas las veces que le he perdido.
A mis cincuenta y dos, ya no hay tiempo de contar perdidas.

lunes, 6 de abril de 2009

De las cosas sin comas y sin puntos.

Homenaje a: Miguel Barbachano.

Y ahí quedo prendido en el encabezado de los recuerdos de mi archivo personal.
Sin duda estaba destinado a esperarle toda una vida y a ciencia cierta nadie supo en que momento di el salto que serviría de bálsamo para su huída y a la par de oxigeno para mi mundo porque imaginen la maravilla de un teatro lleno de utilería con su nombre con la temporada más larga y presentaciones todas la noches con su respectivo público atento y distinto y además siempre asombrado ya que está comprobado que llegar a tiempo no fue una virtud que se me regalara a la hora de parirme y se lo repetí todas las veces que se le fruncía el ceño mientras me esperaba empero ahora tan lejos de la supervisión de las manecillas del reloj y de la bitácora del calendario era irrelevante preguntar ¿iras conmigo al teatro? ¿ a que hora te veo?

Esas cosas las deje para los que pueden caminar en las banquetas sin pisar las rayas del pavimento o aquellos para quienes las comas y los puntos son cosas de risa así que yo he tenido que inventarme un espacio propio dónde acariciar su cabello fuese sinónimo de : ¡Por lo que más quieras mujer envejece a mi lado¡ dónde la única pausa respetable fuesen sus ojos a punto de descansar por las noches y miren que tomé talleres y cursos además que leí todo cuanto me recetaron para ser un hombre del habla y escritura culta.

La sentencia de que nada lo tomaba con cautela me es familiar desde niño ¿Para qué necesita una pausa un hombre que enloquecía sólo de verle los tobillos desnudos? Que alguien me responda porque me ha costado media vida entender aquello del “fin del sentido gramatical” y la famosa importancia de “la división de frases o miembros cortos de la oración o periodo”

¡Y renuncio!

Renuncio a ponerle punto y aparte a su imagen sin vacilaciones digo que mi adoración por su figura no tiene final y si mucho sentido en cuanto a las divisiones de oraciones es cosa que le concierne sólo a los clérigos y puedo enumerar las razones por las que la realidad ya no me convence y el porque he decidido no seguirle la corriente ya que mi sentido lógico está en perfectas condiciones aunque haya médicos que piensen todo lo contrario.

Yo quiero otra función dónde las taquillas abran sus brazos y repartan los boletos que se enciendan las luces y que se abra el telón exijo que respeten mi voz preguntando por ti en todas las cafeterías del barrio previniendo burlas absurdas me he nombrado guionista y director ni de broma habrá pausas ni altos ¡Qué viva la permanencia voluntaria!¡Que importa la hora¡ Todo es inevitablemente fluido como el agua de los ríos y como la sangre y como el tiempo que no conoce de frenos.

Y si hay público al que le asusta que yo no encuentre a mi Lourdes les recomiendo que lean y estudien también que investiguen y que no me miren con signos de admiración o interrogación aunque esos sí que los vivó que me ignoren como si yo fuese un signo gramatical.

Ahora sólo entiendo de puntos suspensivos, esos sí que me han convencido de guardarles respeto y me han llenado de fe. La encontrare…

De las canciones y renglones.


La madrugada apática seguía su paso coordinada ahora con el nuevo horario, dondé se supone amanece más temprano(no para mí).

Chavela Vargas y Papá Sabina cantaban:
"no es falta de cariño, te quiero con el alma, te juro que te adoro y por tu bien te digo Adios"

Resignado a haber perdido ese par de muslos sabor canela me puse a revisar los textos pendientes en el secreter, llevaban semanas esperando que mis dedos les pusieran un poco de atención, pero hay que ser sinceros ¿Quién se va a hacer correcciones de estilo mientras una mulata así de alta y así de talentosa para las caricias te mira? Sólo un imbecil, y regularmente lo soy y lo asumo, pero por primera vez hice las cosas obedeciendo al corazón y a la prisa que me quemaban entre las piernas.

Ahora Lila Downs se encargaba de azotarme la frente contra la pared con un estribillo sencillo: "Perhaps, perhaps, perhaps"

Con pasitos de cha cha cha me adentre a los renglones pendientes en homenaje a Miguel Barbachano, trate de engañar a mis ojos, pero se torcian en el camino recto de los renglones en un regodeo de la contemplación de aquellas cuatro letras que conformaban su nombre.

Caetano Veloso se lamento por mi en su quedo "cucurrucucu paloma"

No es buen negocio acostumbrarse a despertar acompañado. Aunque uno no quiera terminas contando las promesas entre sus brazos en las noches de insomnio.
Le prometí diez hijos...

¿De dónde cajarajos brota tanto desconsuelo? ¿Será posible amar tanto tanto en tan poco tiempo?

La Sinfonica de Cuba toca "Almendra" y me responden que sí.
No hay manera de bailar Danzón solo.

sábado, 4 de abril de 2009

De lo que dice la última servilleta en la mesa.


" Tengo un montón de preguntas que hacer, un saco de problemas que no pienso resolver. Cientos de vidas pasadas y no sé cuantas por vivir, tantas como canciones un día te regalé..." A.R.


Una tarde de esas en las que aún se podía jugar con los ojos me dijiste en casi susurro:
-¿Cuándo me escribes?
Como de costumbre te repondí que después, mientras tendía apresuradamente tu cama y le aconsejaba a las sabanas te dieran buen sueño mientras yo no estaba.

Hoy por la tarde el sol nos cegaba a los dos y ninguno fue capaz de quejarse con el otro para recibir un "apapacho quita calor" Sabías que iba a estar dolorosamente impenetrable, en silencio absoluto, con los ojos apagados y la sonrisa escondida tras este par de labios.
Quisiste que fuera yo la primera en abrir el telón, y en esta ocasión ni figurantes ni utilería, ni guión, ni gente de intendencia trapeando el tablón para la próxima función.
Con el escalofrío en los parpados y el grito oprimido en la columna vertebral jalé fría las poleas...
Acto I - Estaba vacío.

Hice un buen trabajo.

De niña, cuando no quería que nadie notara lo triste que estaba guardaba todos mis juguetes en una caja enorme en la que estoy segura también cabía yo, despuès de dejar mi cuarto limpio de rastros de mí me metía al closed a leer.Parecía que sólo estaba esplendidamente callada y que nada me aterrorizaba. Hay cosas que nunca cambian diría mi abuela. Hoy el Closed se llama Coyoacán y la caja es un tremendo baúl que cargo justo a la altura de mis pechos.

Un día de estos en el que las horas del día sean menos ingratas conmigo me pondre a resolver con cautela el crucigrama, por el momento sólo tengo dos palabras por ciertas...

Aquí estarán tus letras.

viernes, 6 de febrero de 2009

Para no descuidar el efisema pulmonar.

Las once de la mañana y el décimo tercer cigarro ya estaba en mi boca tratando de calmarme la desvandada de hormigas que me recorrían sin piedad alguna por todo el cuerpo. De a poco se quedaban danzando no se que baile raro en mi estomago y luego se movían súbitamente a mi garganta.

Hice más de un intento de abrir los ojos y distinguir por lo menos la banqueta que estaba barriendo, empero, el color canela de aquella piel me tenía bloqueado el esprectro solar que comprendía de la puerta de mi casa a la cama donde por fortuna había tenido el absoluto placer de preguntarle su segundo nombre.

¿Nuevamente había sido todo producto de mis ganas? Era increible, sentía las manos llenas de rozagante vida, podría jurar que no hice nada más que cuidarle los senos del frío en la madrugada.Por accidente o inexplicable magia mis labios olián a buena compañia y a cigarro...

lunes, 26 de enero de 2009

De lo que uno se encuentra debajo de las mesas


Hasta hace poco creí que aquellos ademanes infantiles como por ejemplo guardarse debajo de una mesa eran cosas del pasado. En mi camino entre vasos y cuentas me encontré con la posibilidad de sonreir toda la noche acambio de dignarme a bajarme de mi tediosa imagen de super mujer y tirarme en el piso a hacer intentos vulgares de papiroflexia.
Es cierto que lo mio lo mio es servir pero daría hoy la memoria con tal de volver a aquella mesa ajena en la que he sido lo más feliz de lo que va del año.
Si un día me vuelvo loca (más de lo normal) seguro querré vivir bajo una mesa de madera.Sintoma de los meseros supongo.